Zonas Francas, Impulsoras del desarrollo Económico de Colombia
En Colombia, estas zonas han alcanzado su tope histórico en número de establecimientos, inversión y el volumen de usuarios instalados, entre otros indicadores. Su marco tributario y aduanero incentiva su crecimiento y la atracción de inversión extranjera al país.
Bogotá, 22 Agosto. (ProColombia).- Han transcurrido 57 años desde que entró en funcionamiento la primera zona franca (ZF) del país. Sucedió en Barranquilla en 1959 y se convirtió en una de las pioneras en el mundo de este modelo cuya esencia siempre fue el fortalecimiento del comercio. Así lo sabían en Roma donde surgió el antecedente más remoto. Allí se creó la figura de los Navicularii, que montaron sitios especiales en las costas de las principales ciudades del Imperio para la redistribución de productos.
Hoy en Colombia se vive el momento de mayor apogeo en casi seis décadas, contando con mas de 100 zonas francas aprobadas. Estas zonas geográficas delimitadas, en las que se manejan esquemas tributarios y aduaneros especiales para los clústeres o empresas de comercio e industria que se instalan allí, se expandieron en la geografía nacional hasta alcanzar su tope histórico.
Desde 2005, cuando se creó el nuevo régimen con el objetivo de promover la inversión extranjera y cumplir con los compromisos adquiridos por el país con la Organización Internacional de Comercio (OMC), la instalación de zonas francas ha crecido sin parar. Ese año había diez y en una década su número se multiplicó por diez. Hoy, según World Free Zones Organization, Colombia cuenta con 2,9% de las cerca de 3.500 ZF que funcionan en el planeta.
Con la expedición de la Ley 1004 de 2005 y luego de los decretos 383 y 4051 de 2007, se modificó el funcionamiento de las zonas francas. Dejaron de ser solo promotores de exportaciones y se convirtieron en un instrumento que facilita la llegada y retención de flujos de capital del extranjero, la creación de puestos de trabajo y la generación de progreso económico.
De acuerdo con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, las ZF se convierten en herramientas importantes para que los empresarios reduzcan el impacto de los costos logísticos y logren beneficiarse con los acuerdos comerciales, potencializando el desarrollo de las regiones colombianas.
¿Y cómo se ha logrado esto? Con la introducción de incentivos por un periodo de 30 años, como la imposición de una tarifa única de impuesto gravable de 15% a los usuarios de las zonas francas declaradas y en trámite antes de diciembre de 2012.
Adicionalmente, entre otros beneficios, a los usuarios de las ZF se les eximió del pago de aranceles e Impuesto de Valor Agregado (IVA) a los bienes que lleguen al país y entren a ellas, llámese maquinaria, materias primas e insumos, porque no son considerados importaciones. Y desde lo logístico, los trámites aduaneros son rápidos y simplificados.
“Colombia, a partir de los tratados de libre comercio, es centro de flujos de comercio internacional y en ese contexto las zonas francas juegan un papel importante”, explica José Stalin Rojas, profesor de la Universidad Nacional de Colombia.
Efectos positivos
Este marco tributario y aduanero para las zonas francas en el país ha contribuido al desarrollo del modelo. El crecimiento ha sido constante y en todos los aspectos en la última década.
La inyección de recursos se ha disparado. De acuerdo con el informe estadístico de la Cámara de Usuarios de Zonas Francas de la ANDI, mientras en 2009 se presentó un compromiso de inversión de COP 11,39 billones y se realizaron COP 3,6 billones, en 2015 se prometieron COP 14,33 billones y se ejecutaron COP 39,07 billones.
Como consecuencia del incremento en la inversión, la capacidad instalada se duplicó en el país con respecto a la década anterior y en actualidad las ZF se encuentran ubicadas en 18 departamentos.
Estas pasaron de tener un área disponible de 6.35 millones de m2 en 2009, a 11,44 millones de m2 en 2015. En este periodo de análisis, los usuarios pasaron de 611 a 817. De estas últimas, 697 son industriales y 120 comerciales. Y como si fuera poco, el empleo y las exportaciones también crecieron.