Agroindustria, entre las apuestas para la atracción de inversión
Con un peso cercano a 7% del PIB de Colombia, este subsector, con más de un siglo de vida, gana terreno en los mercados internacionales debido a la apertura de mercados globales que se han logrado, en el último tiempo, por la firma de más de una decena de tratados de libre comercio.
Bogotá, 24 Octubre. (ProColombia).- La FAO señaló recientemente a Colombia como uno de los siete países con potencial para agregar tierra a la producción agrícola global. Si se tiene en cuenta que hacia 2050, según previsiones de las Naciones Unidas, el mundo tendrá 9 billones de habitantes, garantizar su seguridad alimentaria es un reto en el que el país puede jugar un papel de primer orden. En ese proceso, la agroindustria es el actor que puede contribuir a convertir el territorio nacional en una despensa orbital de productos.
El punto de partida de la historia de este subsector en Colombia se remonta a 1904. En aquel momento, según reseñas sectoriales, existían empresas artesanales de alimentos e incluso algunas se dedicaban al procesamiento de materias primas como el algodón y tabaco. Ese año coincidió con el mandato del presidente de la República, Rafael Reyes, durante el que se concedió la exención de impuestos a la producción y exportación de banano y el café se consolidó como líder de las ventas externas del país.
Desde entonces se han cumplido 111 años de este subsector que se ha ganado un lugar en la actividad económica nacional. De cara al posconflicto su potencial aún es mayor por la disponibilidad de tierras, la llegada de inversión y la reactivación del campo en zonas que antes estaban afectadas por el conflicto interno.
De acuerdo con el DANE, este subsector es responsable de entre un 6 y 7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Desde lo normativo, en más de un siglo se destaca que, por ejemplo, en 1936 se dieron los primeros pasos para incluirlo en las políticas de planificación del país con la expedición de la Ley 200 también llamada Ley de Tierras.
En el presente siglo a la Ley 811 de 2003 se le atribuye, entre otros beneficios para la agroindustria, la concepción de las cadenas productivas y la integración entre los sectores agrícola e industrial. Desde 2010 también se han expedido normas que han buscado promover el desarrollo de este renglón e incrementar la inversión.
“Es el sector productivo que más impactos genera aguas abajo en la economía colombiana, dado su gran impulso como generador de empleo y de encadenamientos productivos. De ahí que el Gobierno nacional haya enfocado su Política de Desarrollo Productivo (PDP) a tomar el sector agroindustria como uno de los pilares de los Planes de Impulso para la Productividad y el Empleo (PIPE) tanto en su versión 1.0 como 2.0”, explica Raúl Ávila, profesor de Industria de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia.
Además del colchón normativo y los incentivos económicos ofrecidos, el valor agregado de algunos productos del sector agricultura, ganadería, gaza, silvicultura y pesca presentó comportamiento positivo, según reportes del DANE.
Este entorno ha generado una dinámica productiva que se extiende en todo el país. Aunque la Muestra Anual Manufacturera, producida por el DANE, no ofrece información al detalle del número total de empresas del subsector, según Ávila, Boyacá, Cundinamarca, Santander, Eje Cafetero y Antioquia son los líderes en producción en el país.
Mirando al mundo
La firma de 16 tratados de Libre Comercio le ha abierto a los productos colombianos un mercado global con preferencias para llegar a más de 1.500 millones de potenciales consumidores, según reseña el Gobierno. En este entorno, la agroindustria empieza a dar pasos para capitalizar estas oportunidades.
“El factor clave para conquistar mercados en el contexto de la integración comercial es la productividad. En la medida que muy contados productos del sector agropecuario cuentan con claras ventajas en términos de productividad, los resultados han confirmado algunas inercias previas que han posicionado prácticamente los mismos productos en los mercados internacionales”, reseña Helmuth Yesid Arias, profesor universitario y PhD en Economía de la Universidad de Sevilla.
Sin embargo, el académico destaca que entre 2015 y 2016, con corte a julio, se ha presentado una “mayor dinámica en el crecimiento de las ventas al exterior” de los siguientes capítulos arancelarios: banano, cacao, cereales, especias, frutas frescas, legumbres y hortalizas.
“El caso de las exportaciones relacionadas con el cacao se perfila como un caso con un potencial interesante, teniendo como perspectiva la profundización de los acuerdos de integración con la Unión Europea”, agregó Arias.
De acuerdo con Raúl Ávila, de la Universidad Nacional de Colombia, “la evidencia de los TLC muestra que se han ampliado casi en 60% los nuevos mercados y casi con 50% una mayor diversidad de bienes que llegan a nuevos mercados y zonas geográficas expandiendo no solo el número de bienes agroindustriales exportados sino de mercados nuevos, en especial a Estados Unidos”.
Según información oficial, el portafolio de productos nacionales que han ganado acceso a mercados externos se extiende a la pitaya en Japón, y a los lácteos y el limón Tahití en la India. Precisamente con este último producto, Estados Unidos es el mayor comprador nacional con 51,0% de su cosecha (US$ 8,9 millones). Incluso, este mercado se podría ampliar debido a los problemas de plagas en los cultivos en México, su principal proveedor. Este hecho se constituye en una oportunidad para los empresarios nacionales.
Otro aspecto que contribuye al crecimiento de la industria procesadora de alimentos es la tecnología. En Colombia ya se utiliza, entre otras herramientas de la modernidad, el Internet de los Alimentos, con el que se garantiza el seguimiento continuo a la cadena productiva. Este es usado en países desarrollados.
“Es una tecnología cuyo uso está en crecimiento y las soluciones relacionadas con la industria de alimentos y agricultura están en aumento. De acuerdo con la consultora Machina Research, 60% de las conexiones M2M usadas en la agroindustria están en países desarrollados como Japón, Corea y Estados Unidos”, aseguró Carlos Romero, encargado del negocio para América Latina de Gemalto, firma europea que introdujo este servicio en el país.
Con más de un siglo, la agroindustria se ha convertido en una apuesta de Colombia para conquistar los mercados del mundo.
Destacados:
- “La ampliación sostenible de la frontera agrícola colombiana y las mejoras en productividad que se puedan propiciar en las áreas ya productivas posicionan a Colombia como un jugador de peso en materia agrícola y de biodiversidad”, Helmuth Yesid Arias.
- Respecto a pronunciamiento de la FAO, Raúl Díaz dijo: “Sí es acertado puesto que Colombia utiliza aproximadamente 10% del potencial de frontera productiva cultivable. Esto indica que las tierras y suelos del país tienen un gran potencial de desarrollo para producción agroindustrial tecnificada”.
- Varias son las oportunidades de negocio para el sector agroindustrial en la India. Queso, arequipe, yogur, suero costeño y cuajada son algunos de los productos lácteos que podría exportar Colombia a ese país asiático y que cumplen con los procedimientos, certificados y normas que exigen sus autoridades.